Museo Leymebamba- Amazonas

El diseño del Museo recrea las tradiciones arquitectónicas locales, empleando tecnología constructiva y materiales de la zona. La rica y variada flora nativa embellece los jardines que lo rodean, destacando la colección de orquídeas con más de 100 variedades locales.

Además de las tres salas arqueológicas que albergan el material recuperado de la Laguna de los Cóndores, se ha implementado una sala etnográfica en donde se presentan las diversas expresiones del modo de vida de las sociedades que actualmente habitan el territorio de los antiguos Chachapoya, así como una Sala destinada a promover actividades de divulgación científica y cultural.

Centro Mallqui - Museo Leymebamba - Peru
La Asociación Museo Leymebamba, integrada por vecinos de la localidad y representantes del Centro Mallqui, refleja el interés y la participación activa de la población en los proyectos y actividades del Museo

El museo alberga una colección de más de 150 momias, ofrendas funerarias y otros bienes culturales que fueron hallados en la Laguna de Los Cóndores durante el proyecto arqueológico de emergencia.

Museo de Leymebamba | La Posada de Cuispes

Estas tareas de rescate permitieron recuperar bienes culturales que datan desde la cultura Chachapoyas hasta la presencia Inca en la región, así como bienes etnográficos de la zona, que ahora forman parte del fondo del museo.

Museo de Leymebamba - Tours en Chachapoyas - Tours.pe

Colección: Arqueológica y etnográfica
Región: Amazonas
Provincia: Chachapoyas
Distrito: Leymebamba
Dirección:
Av. Austria s/n, San Miguel
Teléfono: (041) 816803 / (041) 816806
Horario: martes a domingo de
9:30 a.m. a 4:30 p.m. o previa cita
Email: leymebamba@museoleymebamba.org
Web: www.museoleymebamba.org
Administración: Centro Mallqui The Bioanthropology Foundation Perú
Pertenece al Sistema Nacional de Museos del Estado.

La Laguna de los Cóndores

Cubiertas por el bosque nuboso, en los flancos orientales de los Andes, pende una hilera de tumbas sobre las aguas de una laguna. Disimuladas en un angosto abrigo natural, l00 metros encima de la Laguna de los Cóndores, las estructuras permanecieron abandonadas por casi 500 años. Compuesto por seis chullpas o tumbas, y los cimientos de una séptima, el sitio funerario es uno de 18 sitios documentados en los acantilados de piedra caliza que se asoman sobre la Laguna de los Cóndores. A pesar que los trabajadores que descubrieron el sitio, a fines de 1996, removieron prácticamente todo el mausoleo, cortando con machetes los fardos funerarios y destruyendo valiosa información de contexto, las más de 200 momias recuperadas, y una cantidad de ofrendas, indican fechados Chachapoya (ca. 800-1470 DC), Chachapoya-Inca (ca. 1470-1532) y Colonial temprano (ca. 1532-1570.)

Los constructores aprovecharon una cornisa natural del acantilado, modificándola, nivelando el piso y labrando cornisas más pequeñas en el farallón, donde construyeron muros bajos de piedra y mortero de barro, que servían de apoyo a la parte posterior de los techos de las tumbas. Cada tumba mide aproximadamente 3 metros de alto y está dividida en dos niveles por una tarima de pequeños troncos. Las estructuras son básicamente cuadrangulares, construidas en bloques de piedra caliza asentada con mortero de barro. Todas tienen ventanas que miran hacia la Laguna y hacia el antiguo asentamiento de Llaqtacocha.

Turismo en Leymebamba: LA LAGUNA DE LOS CONDORES

De izquierda a derecha: Chullpas en la Laguna de los Cóndores; La Laguna de los Cóndores, Plano de las chullpas (Adriana von Hagen)

Arqueología de Emergencia

En noviembre de 1996, un grupo de trabajadores vislumbraron una de las estructuras funerarias. Luego de ascender con dificultad por las empinadas y barrosas laderas del lado sur del lago, alcanzaron las tumbas. En los interiores y en los techos encontraron fardos funerarios y ofrendas. En los meses siguientes regresaron al sito, sacando de sus tumbas los fardos, abriéndolas a tajos con machetes para descubrir supuestos tesoros. En abril de 1997, noticias del descubrimiento llegaron a los medios de prensa, provocando un diluvio de visitantes y periodistas a la Laguna de los Cóndores. Su distante ubicación —10 horas a mula desde Leymebamba— hizo imposible controlar su presencia. Los visitantes caminaban sobre una alfombra de artefactos, posaban para las fotografías con los restos humanos despojados de sus vestimentas funerarias, guardaban “recuerdos” en sus bolsillos y escalaban encima de las frágiles tumbas.

Museo de Leymebamba | La Posada de Cuispes

Frente a la evidencia de disturbación del sitio y el acelerado deterioro de los restos orgánicos en julio de 1997 el Centro Mallqui se embarcó en una misión de salvataje. Los fardos funerarios y los artefactos fueron llevados a lomo de mula hasta el pueblo de Leymebamba, donde expertos podían ocuparse de las urgentes necesidades de conservación requeridas por los restos orgánicos.

De izquierda a derecha: Trabajos de rescate en la chullpas, Laguna de los Cóndores; Fardos funerarios; Fardo funerario cortado por machete (Adriana von Hagen)

Las Momias de la Laguna de los Cóndores

La conservación de los restos humanos de la Laguna de los Cóndores es extraordinaria. ¿Cómo se podría explicar tal conservación en un área de tan fuertes lluvias y humedad? A pesar del clima y del agua que cae en cascadas desde la saliente que protege las chullpas, la cornisa seca donde éstas se ubican posee un microclima seco y frío, que contribuyó a la preservación de los restos orgánicos.

Aparentemente, los Chachapoya no embalsamaban a sus muertos; más bien escogían deliberadamente sitos de entierro con características aparentes que permitían la preservación de los cuerpos. La evidencia sugiere que fueron los Inca quienes introdujeron las técnicas de evisceración y embalsamado.

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Estudios preliminares señalan la habilidad de los embalsamadores de la Laguna de los Cóndores. La piel de las momias fue tratada semejando cuero, mientras que copas de algodón colocados debajo de las mejillas, en la boca y en las fosas nasales, ayudaban a preservar los rasgos faciales.
Controlaron la descomposición de los cuerpos vaciando la cavidad abdominal a través del ano, sellando el orificio con un tapón de tela. Los cuerpos fueron reducidos a su mínimo volumen y peso: las articulaciones están forzadas al punto que la posición flexionada de las momias no es natural.
Finalmente, los cuerpos fueron envueltos en capas de textiles que, actuando como aislante, también contribuyeron a su conservación. De izquierda a derecha: Fardo funerario envuelto en una tela pintada; Cara estilizada bordada en un fardo funerario; Momia de un hombre adulto (Adriana von Hagen)

Llaqtacocha

En 1999 el Centro Mallqui llevó a cabo excavaciones en el antiguo sitio residencial en el lado norte de la laguna. Conocido actualmente como Llaqtacocha o “pueblo sobre la laguna”, el sitio abarca cerca de 33 hectáreas e incluye los restos de aproximadamente 130 estructuras, la mayoría circulares, probablemente lugares de habitación de la gente enterrada en las chullpas.

Las excavaciones han puesto al descubierto cerámica Chachapoya e Inca provincial, indicando que Llaqtacocha y el sitio de las chullpas, en la margen opuesta de la laguna, son contemporáneos.

El sitio podría haber sido fundado en épocas tan tempranas como 1200 DC, e incluye estructuras rectangulares asociadas a la ocupación Inca, así como edificios posiblemente construidos en tiempos coloniales tempranos.

Llaqtacocha ha sido severamente dañada por efecto de la tala del bosque para procurar pasturas para el ganado. Los bloques de piedra caliza de los edificios quedaron destruidos bajo el impacto de los árboles caídos y por los incendios forestales. Los pocos restos de muros fueron tirados abajo por el ganado que pasta libremente, pisoteando los antiguos sistemas de drenaje del sitio. Como resultado de esto, pocos muros de Llaqtacocha se levantan actualmente por encima de 1 metro.

Llaqtacocha presenta una especialmente elaborada red de drenaje. Canales empedrados serpentean a través del asentamiento, y pequeños puentes de lajas de piedra permitían el acceso a las cornisas, en forma de media luna, que rodeaban las plataformas de las viviendas.

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